Iberia o el pestilente aire torrelaveguense

Mientras unos luchan como pueden en Devon contra lo que puede ser otra catástrofe ecológica similar a las bien conocidas en España, otros intentan dar ejemplo lanzando campañas a favor de las especies españolas protegidas. Puede que no sea un gran avance, e incluso que sea un esfuerzo meramente testimonial comparado con lo que realmente empresas de tal calibre podrían realizar, pero algo es algo.

Mucho más de lo que hacen otras empresas con el beneplácito de algunos politicastros enriquecidos del gobierno local. Claro ejemplo de ello es la cantabra Torrelavega, sede por excelencia de la contaminación aérea y fluvial de este país. Los limites máximos permitidos de emisiones al medio ambiente se superan día si y día también, e incluso se duplican en varias ocasiones a lo largo de la semana. El que la mayoría de las fábricas y edificios de la zona industrial se encuentren semiderruidas y en condiciones tercermundistas es algo secundario, ya que “solo” corren peligro el millar de personas que trabajan en ellas.

Que el gobierno local permita e incluso subvencione esta industria, con la justificación de defender ese millar de puestos de trabajo, poniendo en peligro la salud y la vida de sus 60 mil habitantes y de todos aquellos que circulan por las carreteras que pasan por los alrededores no tiene nombre. El pestilente aire que se respira allí provoca arcadas a cualquier ser humano, excepto a aquellos que compran mascarillas y bombonas de oxigeno con el dinero que ahorran incumpliendo todas las leyes y normativas vigentes sobre medio ambiente.

Espero que, por su salud, el nuevo A320 “Águila imperial” de Iberia no sobrevuele la zona.