domingo, 21 de enero de 2007

Paranoias de beodos

Esta muy claro que el número de cosas absurdas y surrealistas que pueden suceder a lo largo de una noche de fiesta de invierno en Salamanca aumenta de forma directamente proporcional a la cantidad de copas ingeridas.


Así, puedes encontrarte de repente hablando con uno de tus ancestrales enemigos como si fuese tu hermano, contando tu vida y milagros a algún desconocido, o incluso darte cuenta de que el fulano ese al que le está dando la chapa contundentemente uno de tus amigos (considerablemente ebrio) no es otro que el mismísimo Jorge Sanz (considerablemente más ebrio que el anterior).


Pues eso, paranoias de beodos.

1 comentario:

Lucano dijo...

Sí, cosas de la noche salmantina, como cuando un compañero de facultad se puso a "pegar pases" con su cazadora para llamar la atención del mismísimo Miguel Abellán. ¡Ole, maestro!